No hace faltar decir que 2016 personalmente se ha convertido en EL AÑO. Imposible comparar o ni siquiera pensar en mejorarlo, sería una tremenda osadía. Quiero agradecer de nuevo el inmenso cariño, respeto y apoyo que he sentido en estos frenéticos meses. Ha sido difícil mantener el equilibrio en algunos momentos, con muchos kilómetros, aeropuertos, partidos, actos… Sin embargo, más allá de los éxitos personales, lo realmente importante son los hitos de nuestras selecciones, las personas que se han unido a esta gran familia y las señales que nos alientan a pensar que el Rugby en nuestro país va para arriba. Muchos han sido los momentos de celebración y alegría que hemos vivido en estos doce meses.

Empiezo por un hecho histórico que un compañero consiguió en febrero. Íñigo Atorrasagasti fue el primer árbitro español designado para el Seis Naciones. Excelente árbitro y gran compañero,

además de amigo, del que tengo la suerte de aprender, junto con muchos otros “locos” que sí entienden que en el arbitraje no debemos caminar solos, que necesitamos apoyarnos y trabajar unidos. En nuestro caso la competición debe ser con uno mismo, buscando mejorar el juego y hacer más fuerte al Equipo. A todos esos Pingüinos: GRACIAS.

Los Leones fueron ejemplo de la grandeza del rugby mostrando su solidaridad cuando Fiji sufrió el peor ciclón en años. Creo en el karma y a este grupo, que ha pasado por momentos duro, recibió una compensación por su sacrificio personal y su generosidad.

Cambiando de tercio, el rugby nacional vivió en abril unos de sus momentos más importantes. La organización de la Final de Copa del Rey fue un éxito y sobre todo, tuvo una repercusión posterior que ilusionaba a los que todavía creemos que llegará el día en el que el rugby sea un deporte más presente e importante en nuestra sociedad. Le seguiría la Final del Top 14 disputada en el Camp Nou… ¿podrán el Rugby y el fútbol hermanarse?

Entre medias nuestros Leoncitos se colaban en la Final del World Rugby Trophy Sub 20, donde se midieron a la poderosa Samoa. Pese a que finalmente cayeron en la prórroga, daban una nueva señal que el rugby español tiene futuro si se trabaja en la línea correcta sin desviarse del camino.

Y llegó junio… Nos jugábamos entrar en los primeros Juegos para el Rugby Sevens. Muchos, siendo honesta yo misma, creíamos casi imposible que los Leones vencieran a poderosos equipos fijos en las Series Mundiales. Pero en el Principado de Mónaco, haciendo un segundo día perfecto, en un ejemplo de compromiso, sangre fría y creencia en ‘La Familia’ ganaron la final a Samoa, que hacía un mes había vencido en París ¡a Fiji! Personalmente uno de los mejores momentos que el Rugby me ha regalado, por ello, vuelvo a darles las gracias a todos.

La gesta de Mónaco metía más presión a las Leonas, favoritas para estar en Río. Rusia había jugado al despiste todo el año, pero ambos equipos se plantaron en una final predestinada en un Dublín con claro color español, gracias a los familiares, amigos e incluso a unos irlandeses que empujaban a España. Otra final muy muy sufrida, pero con un desenlace dulce, muy dulce. Ellas volvían a hacer historia gracias al sacrificio personal y creer como nadie en el sueño olímpico.

LA CITA: RÍO 2016. Nada es comparable a unos Juegos, nada. Nuestras selecciones dieron la cara y compitieron. Australia y Fiji se alzaron con ese primer Oro y tuve el honor de representar a nuestro país en la final femenina. Pero el verdadero éxito era el escaparate que estos Juegos han significado para el Rugby. Nadie pone en duda que nuestro deporte se quedará en el programa olímpico, donde siempre debió estar por sus valores y esencia.

Con el inicio de temporada se renovaron las energías y los retos. El más claro, la Copa del Mundo de Irlanda en 2017. Nuestras Leonas consiguen en tiempo récord compactar el grupo para ganar el Europeo a Holanda con un Central alegre, que empezaba a transferir lo que el Rugby ha ido despertando en los últimos meses. Y después imponiéndose a Escocia (y a la meteorología) en dos duros encuentros. Las Leonas lo volvieron a impedir. Nos hemos acostumbrado, pero no es nada fácil alcanzar la consistencia de nuestras chicas en competiciones internacionales.

También en noviembre los Leones han dado señales positivas para el duro camino a Japón. Compitieron con Tonga y ganaron a Uruguay, este último encuentro jugado en Málaga donde destacó el excelente ambiente y acogida de la cita. De forma paralela, en San Sebastián el Test entre Tonga y USA superó las expectativas, consiguiendo otro éxito de organización y repercusión internacional. Otro mes intenso y positivo.

Pero siempre en un balance de año debemos recordar lo que queda por mejorar… y aún es mucho. Es claro que el momentum del rugby español tiene un natural crecimiento exponencial, siempre que se trabaje y aprovechen las oportunidades que se abren a su paso: mayor acercamiento de instituciones, televisión, patrocinadores, programa rugby escolar, … muchas vías que pueden explotarse si abrimos un poco la mente a otras formas de trabajo. Caminos hay muchos, atajos otros tantos y aún quedan, como dice un buen amigo, cerrojos oxidados por abrir si queremos dar ese salto de calidad.

Siempre he creído que nuestra mayor debilidad es no entender que debemos trabajar JUNTOS, con una misma línea. Querer no solo que me vaya bien a mí, sino también al vecino y al vecino del vecino…. Pero desafortunadamente aún seguimos haciendo cada uno la guerra por nuestra cuenta… ¿Será 2017 el año de consagración para nuestro Rugby? Quizás sí o quizás no, está en nuestra mano.

En un gran año como este, debo y además quiero acabar destacando algo muy positivo. Agradezco
profundamente a Canterbury España este espacio de reflexión sobre mi pasión, que se ha convertido en mi filosofía de vida, así como el apoyo que me están dando. Es muy importante entender que los árbitros somos parte del Juego y que para crezcamos y ayudemos a mejorar la competición, debemos invertir en ello. MUCHAS GRACIAS.

#DondeHayRugbyEstaCanterbury

2016 ha sido inolvidable, pero toca mirar al futuro con aún más ganas… y desde esta nueva ventana que nos abre Canterbury os deseo:

¡¡MUCHO Y BUEN RUGBY PARA TODOS EN 2017!!